Recuerdo el primer día que nos hablamos, fue para un trabajo escolar en el que por dedazo del maestro nos tocó hacer equipo, la verdad es que nunca imaginé que ese momento provocara una de las mayores alegrías de mi vida, pues gracias a ello encontré a mi mejor amiga, la hermana que yo escogí.
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Éramos unas adolescentes, con más dudas e inquietudes que experiencias, pero juntas hemos sabido acompañarnos para escribir nuestra historia, hoy tú ya eres madre, y yo espero que nuestros hijos sepan lo gran amigas que somos.
No ha sido fácil, porque incluso nuestra amistad ha tenido lejanías, pero no distancias, hemos tenido malos entendidos y nos hemos tenido que hablar fuerte para entender, pero a pesar de todo el mantenimiento que nuestra amistad ha requerido, hemos estado ahí para la otra incondicionalmente, siempre deseándole lo mejor a nuestra mejor amiga.
Recuerdo que estábamos juntas cuando perdí al amor, y recuerdo que fuiste a la primera a la que llamé para decirle que lo había vuelto a encontrar en otro nombre y con otra voz.
Recuerdo haber estado para ti aquella tarde en la que te despidieron por una injusticia de la vida que el karma se encargará de ajustar.
Tengo presente que cuando iba a la casa de tus padres, donde viviste más joven, me sentía como en mi propia casa, tú mamá y tus hermanos me recibían como si fuera un miembro más de la familia.
Hoy…
Voy a la que ahora es tu casa y encuentro un hogar renovado del que ahora eres la cabeza, junto a tu esposo, es una especie de refugio para mis días malos y una especie de lugar feliz para los días más felices.
Me conoces muy bien, tan bien que eres como una hermana, pues además del cariño que nos tenemos, nos hemos hecho parte de nuestras respectivas vidas, así que nada nos detiene y todavía tenemos mucho que compartir.
Cuando se trata de dar buenos deseos a la gente, viene a mi mente desearle a las personas que encuentren una amistad como la que tenemos tú y yo, pues es más que una compañía, es un regalo.
Nuestra amistad no es eterna, porque ni la vida lo es, pero sí es infinita, porque está presente todo el tiempo, a pesar de que vivamos lejos, a pesar de que nos veamos menos de lo que quisiéramos, a pesar de nuestras formas de ser tan opuestas.
Gracias, mejor amiga, gracias por ser la hermana que yo escogí, siempre estaré ahí para ti.
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