Las malas noticias siempre generan incomodidad en quien debe darlas, pues no sabemos cómo decirlo, el momento oportuno, las palabras adecuadas, las expresiones que debemos usar, y luego cómo debemos comportarnos una vez salga de nuestra boca.
Para algunos, lo más adecuado es «preparar el terreno», es decir, ir soltanto poco a poco la noticia de manera que la otra persona vaya estando preparada y digiera la información de la manera más tranquila, o al menos sin sufrir tanto impacto en sus emociones y bienestar.
Sin embargo, la ciencia acaba de dar su veredicto diciendo que esto es un completo error.
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Según una investigación realizada por la Universidad Brigham Young (UBY), en Utah, el mejor método para dar una mala noticia es ser directo y no darle tanta vuelta a la situación.
Y es que según los resultados de distintos experimentos, las personas que recibían las malas noticias se mostraban agradecidas al no tener que escuchar rodeos, sino cuando les comunicaban lo que realmente sucedía.
Los experimentos, en el que participaron 145 personas, evaluaron diversas maneras de dar malas noticia: con métodos visuales, textuales y verbales.
El objetivo era uno sólo: saber qué era lo que apreciaban más las personas en estas situaciones: si la honestidad o la delicadeza al momento de decir las cosas.
La conclusión fue determinante, en cuanto al momento de recibir una mala noticia – dar por terminada una relación o tener que despedir a alguien- las personas prefieren las cosas cortas, es decir, la sinceridad antes que la cortesía.
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