Cuando terminamos una relación siempre nos queda una sensación de fracaso… Como si seguir juntos fuera sinónimo de éxito. Incluso, cuando una pareja se casa sentimos que lograron algo grande, como si la boda fuera un premio.
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Las relaciones de pareja no son una competencia, no tienen un fin ni un premio que obtener. Ni la boda es el éxito ni el divorcio el fracaso. Las relaciones son, de principio a fin, crecimiento personal.
El éxito sería tener una relación de pareja estable, saludable y satisfactoria, durante todo el tiempo que esto funcione así.
Después, el éxito debería ser el hecho de tomar la decisión de dejarse cuando ya no se tiene estabilidad ni satisfacción.
Pero eso es difícil de entender si no ves que lo que viviste con esa persona fue 100% aprendizaje, desde el día uno hasta hoy que estás llorando tu fracaso.
No seguir juntos o no haberse casado o no haber seguido casados no es un fracaso, es una fase más de lo que tenías que vivir con esa persona.
Cuando una persona que ha tenido muchas relaciones dice que no tiene suerte en el amor está diciendo una tontería. Suerte es encontrar a una persona con la que quieras compartir tu tiempo, pero todas las relaciones empiezan y terminan.
Es el ciclo de las cosas
Cada relación que terminas te deja un conocimiento de ti que no tenías. Entonces deja de vivir tu separación como un fracaso y revisa todos estos puntos que ahora sabes de ti misma:
- Ahora tienes mucho más claro lo que estás dispuesta a tolerar y lo que no
- Tal vez empujaste tus límites, tal vez los hiciste más fuertes…
- Incluiste nuevos gustos a tu repertorio… tal vez de música, cine o actividades que ahora disfrutas hacer y seguirás haciendo aunque las hagas sola.
- Experimentaste cosas que no hubieras probado de otra manera, desde comida hasta emociones, y eso siempre enriquece la vida.
- Ya tienes una mejor idea de las cualidades y características que buscas en una pareja.
- Estás un paso más cerca de encontrar a la persona perfecta para compartir tu vida.
- Te diste cuenta de que eras capaz de sentir otra vez, de llorar otra vez, de enojarte otra vez…
- Volviste a creer en muchas cosas que seguro habías dejado olvidadas.
- Aprendiste cosas nuevas en la cama, cosas que no hubieras descubierto con ninguna otra persona porque la química entre ustedes 2 sólo existe ahí, en ese universo.
- Conociste gente interesante de su mundo, gente que posiblemente siga en el tuyo ahora.
- Lidiaste con una forma de enfrentar los problemas completamente diferente a la tuya… Ahora sabes que esa forma también existe.
- Alguien te compartió su visión del mundo, eso hizo que la tuya se hiciera más grande.
Esa es la magia de las relaciones… ese es el verdadero éxito: ser capaces de aprehender todo lo que implica el universo del otro y hacerlo parte del nuestro. Cuando esos universos se separan, cada uno es mejor de lo que era cuando se conocieron porque ahora tienen elementos que no hubieran tenido de otra manera.
Pensar que tu separación es un fracaso es borrar todo este aprendizaje que obtuviste junto a esa persona… Un aprendizaje que sólo pudiste haber tenido con ESA persona y que será infinitamente diferente al que tengas con tu próxima relación, aunque también se termine, aunque no se casen y aunque vuelvas a necesitar leer todo esto.
