Una vez me dijeron que las personas se cruzan en nuestras vidas por lo menos dos veces. No sé si sea cierto, yo no espero que la persona que me hizo mucho daño vuelva a cruzarse en mi camino si no estoy lista para enfrentarlo o aceptarlo de regreso.
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También sé que una persona cuando está enojado dice y hace cosas que no quería y yo como mujer sensible prefiero dejar la situación por lo sano aunque después me pidan que regrese… ¿Eso cuenta cómo una segunda vez?
Con el tiempo también he aprendido que si acabaste en malos términos con alguien sin cerrar el ciclo por completo, eventualmente la vida pondrá a esa persona en tu camino nuevamente. Tal vez en otro tiempo, tal vez cuando ya sean más maduros y puedan hablar las cosas sin que sea una herida, más bien una cicatriz y un recuerdo con borrón y cuenta nueva.
Tal vez sea una persona que siempre quisiste o te interesara y no pudo ser por alguna razón: tú estuvieras con alguien más o él, no fuera consiente de sus sentimientos y que no quisiera aceptarlos o, confundirse con un encuentro casual por mencionar algunas circunstancias por las que no sucedió.
La vida nos enseña a pensar que cuando una persona regresa puede ser demasiado tarde, cuando te ven recuperada, feliz y siendo plena. Ya sea en una nueva relación o porque aprendimos a disfrutar más el presente: esa taza de café que llamamos placer en las mañanas, la salida con tus amigos o un viernes en casa viendo Netflix pero, ¿qué pasa si esa persona realmente está destinada a estar en nuestra vida?
Existe la famosa leyenda o teoría del hilo rojo del destino, la cual nos dice que las dos personas unidas por el hilo rojo están destinadas a ser amantes, sin importar la hora, el lugar o la circunstancia. Es por ello que este hilo mágico se puede estirar o enredar, pero nunca se romperá.
Puede que esa persona regrese cuando estés pasando un cambio muy grande en tu vida y que esa persona que te ayude a superar una difícil prueba o sea mejor persona de lo que fue antes… No, no estamos diciendo que cambie lo que hizo pero si tratar de crear un futuro diferente a lo que fue en el pasado, que sea la persona perfecta para estar en esa situación que viene.
O puede que sea por miedo: que haya sido una persona que nos marcó y todavía tengamos sentimientos, probablemente nos lastimó en el pasado y no le perdonáramos algo e inclusive nos detenga la dignidad de cuando tuvo la oportunidad (o muchas) no las aprovechó.
Sea cual sea la razón por la que regrese o incluso si es nuestro hilo rojo, a veces el peor amor es el que regresa después de haberse ido, a veces ese amor puede ser el definitivo y duradero…
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Esa decisión dependerá de ti: de lo que sientas, de lo que quieras y, si esa persona es con la que quieres estar el resto de tu vida.
