Detrás de una buena fotografía publicada en Instagram, hay muchísimos intentos de captura que nunca funcionaron.
Así que, si pensabas que una imagen perfecta era cuestión de talento y casi arte de magia, te equivocas.
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Si su ausencia te trae paz, no perdiste nada…
Una captura que logra deslumbrar a cientos de seguidores requiere como mínimo una pequeña producción de la que no siempre estamos conscientes.
Entonces, si imaginaste que los autores de esas grandiosas fotos sólo debían pulsar un botón, te estás dejando llevar por las apariencias.
Cuando vemos la imagen de una comida perfecta, que nos provoca degustar, sólo estamos viendo un encuadre cerrado de un panorama que es muchísimo más amplio y que esconde ingredientes derramados, platos sucios y, en definitiva, objetos mal colocados que hablan de una realidad que vivimos casi todos al cocinar.
Una realidad que repiten los blogglers o los aficionados de cualquier área: gastronomía, moda, fitness, fotografía… y que, sin imaginarnos cómo lo hicieron, los resultados nos seducen tanto que es casi imposible no darle un like cuando postean su última hazaña.
Pero descubramos cuál es el secreto de los instagramers tras una buena captura, que además nos librarán de no sentirnos frustradas por nuestras propias tomas…
¿Lo ves?
