advertisement advertisement
Buscar
  • Escribe al menos 3 letras para buscar.
Be

La maravillosa experiencia de ser tía

Ser la tía consentidora y feliz...

Una gran experiencia

Ser mamá es una experiencia maravillosa, pero habemos mujeres que no hemos podido o querido tener hijos, y encontramos en el papel de ser TÍAS una magnífica y divertida forma de acercarnos al crecimiento de una persona desde su nacimiento.

-8 maneras de consentir a tu pareja para que te ame más que nunca

-Esto es lo que debes hacer cuando él no te escribe ni te llama (expertos)

Sí, no supimos que eran las náuseas ni vomitar segundos después de haber comido ése hot-dog con tocino que apareció por culpa de los antojos, tampoco supimos qué era sentir tu vientre crecer con amor y miedo día tras día, mucho menos nos enteramos del significado de la palabra miedo en el contexto del parto ni supimos lo que era soñar con el rostro tratando de adelantarnos un poco al tiempo.

Pero el amor que sentimos como tías es mágico e intenso…

Cuando me enteré que la familia se agrandaba, me di cuenta de la gran bendición y gran responsabilidad que implica, pues aunque lo vives de cerca con amigas y familiares, es diferente cuando el bebé llega en casa de tus lazos más directos, en este caso, uno de tus hermanos.

Advertisement

Es sentir como piel de tu piel, le dio oportunidad a la vida, una ráfaga de emociones se centran en ése ser que pronto estará en tus brazos y saber que puede tener cualidades que amas de tu hermana o de tu hermano, si es tu cuñada la que espera al bebé.

Comienza la feria de deseos: «que saque sus ojos», «que salga con el cabello chino», «que sea tan inteligente como su mamá y sociable como su papá», le quieres poner forma y fondo al sueño de una nueva vida.

via GIPHY

Te mantienes al tanto durante todo el embarazo de la salud de la mamá y del retoño, empiezas a comprar pañaleros, frazadas, playeritas, y todo artículo que te entra por los ojos, si ya sabes el sexo del bebé, te das vuelo en explorar el departamento de juguetería o de ropa para recién nacidos, ése bebé llegó a cambiar tu mundo.

Empiezas a juntar regalitos en lo que llega el buen día en que recibes «la llamada» y sales corriendo al hospital diciéndole a tu jefe que eres la persona más feliz del mundo y no esperas quedarte en la oficina cuando tu cuñada está en trabajo de parto pues se le rompió la fuente mientras se bañaba…

La primera vez que lo ves, tan pequeño, indefenso, rojo y hermoso te conmueves a las lágrimas, quieres ser mejor persona por el mundo al que se va a enfrentar, quieres besarlo, abrazarlo y cuidarlo, pero no, tú no eres su madre, tú eres quien meses después pedirá ser quien le dé su mamila, quien querrá ver atenta cuando le cambien el pañal o no querrá perderse su primera papilla.

Te conviertes en la tía, la espectadora en primera fila, la que quiere estar ahí en cualquier novedad, la que quiere foto y video de todo lo que pase, eres la que después le dará chocolate a escondidas y la que correrá en cuanto oiga un ligero llanto.

Conforme el tiempo pasa y lo ves crecer, comienzas a percibir su esencia, su carácter, sus ojos, y notas que no se parece en nada a lo que imaginabas antes de que naciera, pero lo amas más de lo que creíste.

Esa pequeña persona te ganó el corazón y tienes tan poco tiempo de conocerla, ¡imagínate cuando esté en la secundaria y baile Vaselina en el festival de fin de año!

via GIPHY

Sabes que podrás fallarle a todos, menos a ese sobrino que te saca el lado maternal.

Cuando llora porque te ve irte, tu corazón se encoge porque no quisieras despegarte de él, pero a la vez te inflas como pavo real porque no quiere que te vayas, te extrañará y eso te hace infinitamente feliz.

Cuando están a solas o vas a verlo en lo que duerme le hablas al oído, le dices cuanto lo amas y que deseas que siempre tenga salud, amor y paz en su corazón, le dices que siempre estarás ahí para él y que lo llevarás a su primer concierto de rock.

Sí, eres la tía solapadora, consentidora y a veces, cuando se lo gana, regañona, aunque sólo finges la molestia porque adentro tu corazón se derrite con estar cerca de él.

No, no es tu hijo, no hace falta que lo sea, porque así está bien, serás su refugio y confidente, como él se convirtió en una esperanza para ti, te enseñó un tipo de amor distinto y eso ya es mucho decir.

via GIPHY

Así que si tienes un sobrino o sobrina, seguro has experimentado este amor, tan intenso y puro que no tiene fin, todo lo contrario, se multiplica cada día y en diversas formas si son más de uno.

Además podemos admitir que hay momentos en los que es mucho mejor ser tía que ser mamá… ¿Apoco no? Da click aquí y compruébalo.

Estamos en Facebook

-Esta es mi experiencia: Intimidad durante mi periodo

Advertisement