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Hay finales que no necesitan ser felices, sino ser FINALES

Hay momentos que debemos aceptar...

y seguir adelante

Sí, quisiéramos tener la posibilidad de siempre cerrar los capítulos de nuestra vida amosorsa con finales felices, pero la realidad es que no puede ser así y a veces sólo nos queda aceptar que la relación terminó y terminó mal.

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Esto no significa que nos importe poco el desearle buena suerte a quien amamos y nos amó en alguna época de nuestra vida, significa aceptar que no podemos tener control sobre todo, pues esta decisión no sólo depende de nosotras.

Los finales felices, esos en los que te encuentras a tu ex-pareja en la calle y le sonríes, se saludan como si el tiempo no hubiera pasado, se parecen a varias escenas de películas en las que los protagonistas se esmeran en seguir las líneas del guión, la realidad es distinta.

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Hay dolores, hay rencores y en algunas ocasiones, sobran indiferencias, esto es lo que hay que aceptar, cada persona tiene una forma diferente de asimilar las rupturas y no siempre ambas partes van a coincidir en qué hacer después de firmar con la palabra: adiós.

Si estás en el momento de aceptar un final, pero tu ex se rehusa a verte en persona para hacer una despedida más cordial, es momento de que te retires con tu dignidad y respetes la postura del otro.

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Es un final, tómalo como sea, hazlo tuyo, que sea parte de tu historia aunque eso implique hacerte a la idea de que su relación no acabó como hubieras esperado.

No te aferres a lo que «hubieras querido», deja de imaginar algo que sólo el tiempo puede decidir.

Una despedida no tiene que estar llena de sufrimiento, dolor y reproches a la vida, cambia tu mentalidad, no veas lo que pierdes, valora lo que ganas: experiencia, libertad, amor propio y dignidad.

Sigue adelante y deja que el tiempo se encargue de lo que no está en tus manos, deja de concentrar tu energía en actos que no sólo dependen de ti, respeta que la otra persona prefiera distancia y olvido, sé feliz con tenerte a ti.

Te harás más daño si te obsesiones en como las cosas «deberían ser» y no como en realidad son.

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Si, por ahora, no es un final feliz, no obligues a que sea de otra manera, el cierre de los capítulos de nuestra vida deben de fluir, deben ser algo que nazca de los corazones involucrados, así que despreocúpate, acepta el presente y sigue adelante, quizá el destino les permita más adelante verse o quizá no, pero lo principal es saber cuando retirarte para no lastimarte más.

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