Hay hábitos que atentan contra nuestra salud física y emocional y ni siquiera nos damos cuenta.
Esos que arrastramos desde la juventud y que son capaces de estropearnos un plan, un día, una relación y ¡hasta la vida!
Por lo general se pueden corregir sin tanto esfuerzo, aunque lo más difícil resulta darnos cuenta que estamos adoptando esas actitudes negativas y que es necesario cambiarlas si queremos lograr nuestras metas, mejorar nuestra comunicación e incluso la relación con los otros.
Entonces, si sientes que todo está saliendo como nunca lo previste, quizás es muy probable que algunos de estos hábitos te estén robando energía:
1. Quejarte
Primero porque ninguna queja hará desaparecer los problemas, y segundo porque ellas nos impiden pensar bien y por lo tanto encontrar una eficaz solución a las dificultades.
Además, recuerda que mientras más te quejas y hables sobre lo malo de la vida, más propensa eres a ser pesimista y percibir todo lo malo de las cosas que te rodean.
¡Sí, es un círculo vicioso!
2. Desorganización
No sólo porque inviertes más tiempo en buscar las cosas que necesitas, sino porque esta situación te genera estrés , altera tu humor y te hace ser más ineficientes en tu día a día.
Lo ideal es que mantengas tanto tu hogar como tu espacio de trabajo lo más ordenado posible, además de organizar tus actividades diarias y asignarle un tiempo límite para que puedas cumplir con todo lo que te propones de manera eficiente.
3. Preocupación sin motivos
Por lo general, las preocupaciones aparecen como un síntoma de la ansiedad que nos genera el futuro, y la falta de control que tenemos sobre ciertas cosas.
El mejor antídoto, ¡como ya lo sabemos!, es enfocarte en el presente, llenar tu mente de pensamientos positivos y ser conscientes de que lo único que podemos controlar son nuestras emociones y eso es más que suficiente.
4. Posponer las tareas
Aplazar tareas y mantener un pendiente en nuestra mente es una de las cosas que más energía nos quita en la vida, y no sólo porque nos agota sino porque también nos roba la concentración en lo que sí estamos realizando.
5. No saber decir «NO»
No podemos complacer a todo el mundo en sus peticiones, o por lo menos no si la prioridad es tener bienestar y alcanzar nuestras metas.
Si crees que esta actitud te cuesta muchísimo trabajo, te invitamos a leer este interesante post que habla sobre cómo lograrlo.
6. Acumular rencor
Los expertos coinciden en una misma idea: los sentimientos de rabia y rencor pueden acabar desencadenando graves enfermedades (tanto físicas como mentales), que nos arruinan la existencia y que podríamos evitar si aprendiéramos a pasar la página y a perdonar a los demás.
También es recomendable evitar comportarnos como si fueras nuestra más vengativa enemiga, ¡recuerda! cada cosa a la que le das atención crea tu presente y futuro.
¡Cuéntanos qué otros hábitos te quitan energía!
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