Un buen beso se da con los ojos cerrados, y esto es algo que incluso la ciencia justifica…
Y es que según un reciente estudio de realizado por la Universidad de Londres, este comportamiento no sólo es esencial para disfrutar un beso sino que está estrechamente con nuestros sentidos.
Así, según los investigadores, cerramos los ojos cuando besamos para conectarnos con el sentido del tacto y potenciarlo al máximo.
En el estudio se demostró que a medida que la carga visual aumenta, perdemos la capacidad de usar el tacto de manera correctamente y perder su sensibilidad.
Para probar esto, los investigadores les pidieron a los participantes del experimento que prestarán atención a las letras que aparecían y desaparecían en una pantalla y que se combinaban con videos, ilustraciones y fotografías.
Entonces, notaron que a medida que su concentración visual aumentaba, se perdía la sensibilidad del resto de los sentidos.
Ahora bien, de esta manera cuando besamos, el cerebro sólo quiere concentrarse en las sensaciones que provocan los besos, y olvidarse un poco de los otros sentidos.
«Cerrar la entrada visual nos deja disponibles más recursos mentales para centrarnos en otros aspectos de nuestra experiencia», concluyeron los expertos.
Si tienes dudas sobre estos resultados, puedes hacer la prueba la próxima vez que beses a tu pareja, y darte cuenta si disfrutas más los besos con los ojos cerrados o abiertos.
¡Cuéntanos qué te parecen las conclusiones de este estudio!
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