No todas las personas que se cruzan en nuestro camino están destinadas a quedarse en nuestra vida.
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A veces la vida nos pone muchas pruebas para aprender a ser valientes, para valorar lo que tenemos, para tener paciencia y saber esperar…
Yo no quería creerle a mi abuela cuando me dijo que algunas personas son el viaje pero no nuestro destino, hasta que entendí que si presionaba mucho la única que iba a salir lastimada era yo.
Todos en algún momento de nuestra vida experimentamos un amor diferente, uno que nos hace sentir todo un zoológico en el estómago, ese que nos hace decir «sí» a todo sin pensarlo, ese que sabemos puede ser nuestra destrucción y queremos que dure para siempre.
Sin embargo, cuando entregamos todo sin medida y sin pensar debemos asegurarnos que es mutuo. Tal vez nosotras seamos el camino de esa persona y no su destino, tal vez esa persona sea tu camino y no el amor de tu vida.
Tengo muchos conocidos que cuando terminan con su pareja esa persona acaba casándose con su siguiente pareja y, en algunos casos, una expareja regresó con su anterior ex porque no pudo estar sin ella y cree que es lo mejor… ¿A ti también te ha pasado?
Pero no dejes que esto te mortifique, no dejes que esto te detenga de amar, de entregarte y vivir, tal vez no lo que será una historia, pero sí el mejor capítulo de amor que hayas pasado en toda tu vida.
Dalo todo sin pensar que esa persona se irá (aunque estés consciente que puede hacerlo), haz que esa persona te recuerde con una sonrisa y que cuando no te tenga se acuerde con algo de melancolía porque no quedó en ti.
Pero, Sobre todo, nunca olvides que no debes aferrarte a alguien, a una relación o a una cosa… Cuando algo termina es porque lo que vendrá será mucho mejor.
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Y tú, ¿le has dicho adiós a alguien que querías que se quedara?
