Estar soltera se puede convertir en más que una etapa, puede ser un estilo de vida que nos haga sentirnos plenas y felices.
Muchas veces nos desesperamos por encontrar una pareja y vamos de caída en caída, sin encontrar una recompensa que valga la pena.
Nos desilusionamos, olvidamos, perdonamos, nos equivocamos de nuevo, y así seguimos involucradas en ese cruel juego de cacería en el se suelen convertir las relaciones fallidas.
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Y no es hasta que paramos de buscar, eso que ya parece extraviado del mundo, es que algo extraordinario sucede. Y no es exactamente que por fin encuentras a tu media naranja, sino que te reconoces como eres y comienzas a asumir que no necesitas tener a alguien a tu lado para que todo esté bien, y hasta mejor ¿por qué no?
Al fin de cuentas, en estos veintitantos años de vida, más es el tiempo que has pasado sola que acompañada. Además ya has renunciado a hombres que pensaste que querías conservar durante toda la vida, y que luego te diste cuenta que quizás no era lo que querías.
Incluso ya has dicho tantas veces adiós, que apartarte y seguir tu camino resulta más fácil que continuar en un panorama amoroso confuso.
Por todo esto, un año de estar soltera es lo mejor que le puede pasarle a una persona que lo ha intentado de manera reiterada en el amor y ha fracasado.
No sólo porque se enfoca de sus prioridades, sino que aprende a conocerse tanto que sabe lo que quiere, y lo que es más importante que su propia compañía es suficiente para ser feliz y sentirse satisfecho con su vida y el mundo.
Pero si aún tienes duda sobre por qué un año sabático sin relaciones amorosas es una buena decisión, aquí te lo recordamos…
1. Valoras más tus otras relaciones.
Como por ejemplo la amistad y la familia. Puedes dedicar más tiempo a las personas que te han demostrado estar ahí en las buenas y en las malas, y que no tienen problemas en darte un afecto incondicional a pesar de las circunstancias.
2. Eres tú misma.
Tienes la libertad de escoger en qué invertir tu tiempo y sin necesidad de llegar a un acuerdo con otra persona. Además no tienes que ceder espacios ni gustos para complacer a alguien más, sino que sabes lo que quieres y te lo provees.
3. Puedes coquetear sin culpa.
No sientes remordimientos o problemas éticos por darte un beso o llegar a algo más con un hombre que te estuvo coqueteado toda la noche. Eres soltera y libre, y no tienes que rendirle cuentas a otro, sólo a ti misma.
4. No tienes que planificar.
Tienes más oportunidades de hacer cosas sin planearlas, dejándote llevar por la espontaneidad y las ganas que tienes de hacerlo. Y lo que es mejor, sin tener que explicarle a nadie tus decisiones.
5. Te conoces más.
Reflexionas sobre tus relaciones anteriores, y comienzas a tener más claridad sobre lo que buscas en otra persona y lo que estás dispuesta a ceder para que la relación funcione.
También analizas tus fallas y comienzas a trabajar en ellas para superarlas.
6. Te cuidas más.
Si cuando estás en una relación el tiempo no parece suficiente para hacer tus cosas, y terminas olvidando tus prioridades; cuando estás libre tienes todo el tiempo para cultivar tus pasiones y cuidarte lo suficiente para sentirte saludable y guapa.
7. Tienes más posibilidades de encontrar un nuevo empleo.
Si estás descontento por tu empleo actual, estar soltero es una buena oportunidad para cambiarlo. Tienes más empeño en buscar algo mejor, estás más alerta ante las oportunidades y como tienes más confianza en ti mismo, también es mucho más probable que lo consigas.
Estar soltera puede ser lo mejor del mundo, sólo aprende a disfrutar de ti misma y a dejar de ver lo que no tienes.
