Bien dicen que el amor y el enamoramiento son facetas distintas de las relaciones amorosas, y cuando te vas a vivir con tu pareja esto se hace aún más evidente.
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Si tú estás viviendo con tu pareja o ya has vivido con alguien, sabes bien a lo que nos referimos.
Existen detalles de la cotidianidad que reflejan lo difícil y hermoso que es compartir la cama, la sala, la cocina, el baño y los pasillos con la persona que amas.
Estas son las verdades que descubres cuando vives con tu pareja:
1. Cosas que no te gustan y que pensaste que jamás pasarías tú.
Habías escuchado a muchas mujeres quejarse de los cabellos que dejaba su pareja en el jabón, en ese momento pensaste que eso no te molestaría o que te encargarías de que eso no te pasara.
Pero la realidad es que si no es eso, sí saldrá otro «detalle», como que deje todo mojado el tapete del baño, que no desconecte su cargador del celular, que abra la cortina cuando no lo esperas…
2. En la cama hay de todo.
Sí, desde los alientos matutinos dignos, sudores en exceso por acaloramiento (sin tener relaciones), pies fríos que te despiertan, ruidos digestivos y por supuesto, ronquidos que nunca antes le habías escuchado.
«Pero si cuando fuimos a la playa jamás roncó…», bueno, quizá estaba cansado y ni eso pudo hacer.
3. Las fachas.
Andar en fachas es algo que incluso a nosotros nos parece pertinente si estamos haciendo nuestras actividades del hogar.
Pero quizá tu pareja no quiera quitarse las chanclas o la sudadera aunque tenga una mancha de mostaza, menos si el plan no es salir de casa.
Antes, cuando se veían para salir, cada uno se ponía sus mejores prendas, veías a tu pareja con su mejor pantalón, eso cambia.
4. Lo ves menos perfecto de lo que ya sabías que era.
Y sí, más allá de las experiencias cotidianas, la relación de pareja y la conexión emocional entran a una nueva etapa y algunas discusiones lo harán ver más real, con más defectos.
5. No siempre hay humor.
Las responsabilidades, el trabajo, el ritmo de vida y la misma dinámica del país en el que vivimos puede afectar su estado de ánimo y ¿sabes qué? Tú no tendrás nada que ver.
6. Tú también tienes tus «detalles», NO eres perfecta.
Además de lo anterior te darás cuenta de que tú eres su compañera, de que quizá para él lo del tapete del baño tenga un equivalente con alguna de tus manías.
Verás que tú tampoco eres perfecta pero que en esas ganas de estar juntos, importa más lo bueno y lo bonito que ambos están construyendo.
Vivir con nuestra pareja no es nada sencillo, pero una vez que el enamoramiento ya pasó, el amor, es decir, la decisión de seguir unidos, es lo que hará que se superen los obstáculos.
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