El amor no tiene que ser una experiencia dolorosa; al contrario, debe proveer de felicidad, motivación y tranquilidad.
Sin embargo, muchísimas mujeres nos equivocamos, y a veces elegimos parejas que atentan contra nuestra autoestima, paz interior y hasta propósitos de vida.
Son experiencias que nos ahogan por un tiempo, y que ¡sin duda! nos sirven para madurar y crecer.
Muchas veces somos nosotras quienes las presionamos; ya sea que el otro nos gusta mucho, tenemos expectativas irreales o estamos huyendo de la soledad.
Lo cierto es que al perseguir un amor, y no encontrarlo (como debería ser), nos hace pasar por estas 7 tragedias:
¡Checa y comparte con tus amigas!
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1. Sientes rabia y enojo.
Cuando la otra persona no te corresponda, comenzarás a sentir rabia, enojo y hasta tristeza ante esa situación.
Sin contar las criticas sin fundamento que comienzas a construir contra ti: «no soy lo suficiente bonita», «no tengo una buena condición económica en este momento», etc.
2. Entras en una etapa de negación.
Crees que poco a poco puedes llegar a gustarle, incluso hacer que la otra persona descubra lo maravillosa que eres.
Sin embargo, lo ideal es que reacciones y seas consciente de que no debes convencer a nadie para que te quiera; y si no sucedió, seguro habrá otra persona ¡esperándote!
3. Sufres todos los días.
Eres incapaz de controlar tus pensamientos y tus emociones. Sólo te enfocas en lo infeliz que eres por no ser correspondida en el amor.
Te olvidas de tus amigos, los propósitos de tu carrera profesional, descuidas tu salud y hasta las cosas que te apasionan.
4. Te obsesionas con él.
Rastreas sus redes sociales, sus amistades, las horas en que se conecta en WhatsApp, sus ex parejas…¡terminas sabiendo toda su vida cual detective!
Esto, por supuesto, te desconcentra y te aleja de tus prioridades de vida.
5. Evalúas los pros y contra.
Incluso cuando una reflexionas y te das cuenta que no te quiere y que debes olvidarlo; tu corazón insiste en que debes seguir inténtalo.
6. Aceptas sus condiciones.
No serás su novia ni pareja formal, sólo se acostarán un par de veces; y aunque te parece injusto, lo aceptas.
7. Intentas salir con alguien más.
Tu última apuesta es salir con otra persona; pero en cada salida, comparas el uno con el otro, y ¡claro! sigue ganando el otro…
Cuéntanos ¿qué más agregarías a esta lista?
