A veces cometemos el error de confiar en la persona equivocada, en esa mujer que en apariencia nos apoya, nos escucha, nos consuela y nos guarda nuestros secretos más profundos.
Sin embargo, con el paso del tiempo y experiencias acumuladas, nos damos cuenta de que ella es todo menos nuestra amiga.
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«No me tientes, que si nos tentamos no nos podremos olvidar»
Si crees que estás pasando por esta situación, esto es en lo que te tienes que fijar para descubrir, de una vez por todas, que ya no hay más que hacer en esa amistad pues para nada te conviene tener a esa persona cerca de ti.
«No es tan buena amiga como dice ser».
Ya van varias personas que te dicen que algo no está bien con tu amiga. Entonces, tú no eres la única que desconfía, tus dudas obedecen a observaciones acertadas pues incluso gente ajena a su amistad te ha hecho estar en alerta.
«Como que ella no me da buena espina».
Tu intuición te dice que algo no anda bien.
«¿Eso te dijo tu amiga?»
Además de tu intuición, tu inteligencia ya ha cachado uno que otro comentario malintencionado o mínimo «raro», ya sea en persona o en redes sociales.
«Por eso terminó mal con Fulanita».
Sabes que tiene otras enemistades y aunque en su momento le diste la razón, ahora pareciera que entiendes por qué tiene problemas con otras personas ya que no es tan inocente como lo creías.
«A veces se comporta distinta cuando están otros».
La has cachado con incoherencias pues delante de ti es una persona y cuando está con otros comienza a comportarse de una manera distinta.
«Mejor hoy no la veo».
Ya no tienes tantas ganas de pasar tiempo con ella o de confiarle cosas como antes.
«Le desviaré la llamada».
Ya no le contestas el teléfono con tanto ánimo como antes, incluso, llegas a negarte en la llamada o tardar en contestar sus mensajes.
Si crees que es tu caso, entonces te seremos honestas, ya cuando sospechas que una amistad no es transparente, las cosas ya están mal.
Una amistad sana no te hará desconfiar.
