Cuando una relación ya tiene algunos años, es normal que la intimidad se base un poco de rutina, los cuerpos, que ya se conocen bien y los horarios de la cotidianidad pueden hacer de los encuentros sexuales pierdan magia.
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Por ello, queremos recomendarte hacer lo siguiente:
Quiero que a tu llegada hagamos el amor, estaré recién bañada esperando que tu silueta aparezca en la habitación, desnuda te recibiré y te ayudaré a ponerte cómodo, te quitaré los zapatos, los calcetines, y te besaré el cuello mientras te desabotono la camisa.
Después, aflojaré tu cinturón hasta que éste caiga al piso con tus pantalones.
Lo contrario a lo que estás acostumbrado, dejaré la luz prendida y seguiré acariciando tu cuerpo con mis labios, primero te dominaré, no dejaré que me toques y correspondas a mi deseo, en esta ocasión quiero ser yo la que activamente desarrolle todo.
Aprovecharé cada poro de tu piel para besarte, para hacerte sentir mi cálido aliento y cuando ya estés completamente desnudo, te sentaré a la orilla de la cama para besarte lo que no te había besado, empezando por el ombligo iré bajando lentamente tocándote el abdomen con la punta de mi lengua hasta encontrar tu miembro.
No dejaré que me acaricies mientras lo hago, quiero que te sientas utilizado como mi fuente de placer.
Después te acostaré por completo para subirme en ti y sentirme la mujer más afortunada por compartir ese momento contigo, mi ritmo y movimiento estará dedicado a mí, cuando termine, te dejaré descansar, y una vez que vuelva ver tu sonrisa, volveré a hacerte sudar, pero ahora, es tu turno, tú harás lo que desees conmigo.
Es tu turno de dominar, seré la chica traviesa que debas castigar, una o dos nalgadas serán una buena lección…
Podrás ponerme a tu gusto y jalarme un poco el cabello, quiero que recuerdes las primeras veces en que hicimos el amor e íbamos de lo tierno a lo salvaje en sólo segundos.
Las caricias fueron perfectas, exactas y es momento de volverlo a recordar.
Morderé un poco tus hombros, te clavaré un poco las uñas, gemiré en tus oídos y tu besarás mi nuca, el mundo será nuestro, al menos dentro de la habitación…
(Si tienes ganas de esto y más, compártele el texto a tu pareja y dejen que su imaginación siga escribiendo la historia…)
