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Quiero un amor a la antigua

Un amor como el de los abuelitos

Un amor sincero, que dure

El mundo cada vez está perdiendo sus valores y el amor se vuelve algo muy superfluo.

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Bien dicen que “desde que el sexo se volvió fácil de conseguir, el amor se volvió más difícil de encontrar” y tienen mucha razón. Hoy en día las relaciones son fugaces: no duran lo suficiente para ser historia pero sí son lo suficientemente breves y dolorosas para rompernos el corazón.

El amor es algo hermoso, un sentimiento que merece llevarse en cada esquina de la piel y TODOS merecemos un amor sincero y duradero, no un amor a medias y de ratos.

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Quiero un amor a la antigua: un amor donde tengas varias citas antes de dar el siguiente paso. Quiero tener la oportunidad de conocer bien a la persona antes de enamorarme por completo.

No es que sea anticuada y me persigne ante la idea de un beso en la primera cita o sexo en la segunda, pero quiero darle tiempo al tiempo: quiero que las cosas vayan fluyendo, que las citas y la relación sean emocionantes y no entrar de lleno a los placeres de la vida.

Quiero que dejemos de depender de un celular para hablar con esa persona. Que regresen las llamadas por teléfono a nuestra casa y se sienta la pena de hablar con su familia y, sobre todo que no nos importe si no publicamos TODO lo que hacemos juntos sólo porque la sociedad así lo determina.

Quiero que regresen las cartas: un mensaje nos hace sentir bien y nos saca una sonrisa, pero una carta es una evidencia en físico de los sentimientos, de lo que la otra persona quiere decirnos y dura más que un simple mensaje.

Quiero las flores y las serenatas: ni un emoji ni un “escucha esta canción” van a sustituir la sorpresa que pueden causar las flores o escuchar nuestra canción favorita por la ventana o al otro lado de la puerta.

Que regresen las viejas costumbres que tenían los abuelitos: ellos luchaban por estar juntos a pesar de los problemas y las dificultades, a llevar detalles sin ser una fecha importante, a sorprender al amor.

Rescatar TODOS los detalles que tienen los caballeros: abrir la puerta del carro, de un restaurante, de una casa. Que nos presten su abrigo o chamarra cuando a nosotras se nos olvida con qué taparnos. Que nos dejen en la puerta de nuestro hogar después de una cita.

Quiero un amor a la antigua, de esos que están en peligro de extinción y merecen la pena regresar.

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