Mi abuela solía decirme que «amar a alguien es darle el poder de destruirte y confiar en que no lo hará.» A veces, cuando a amamos a una persona le perdonamos muchos errores y equivocaciones creyendo que cambiará, que es pasajero el daño que nos llega a hacer. Uno aguanta lo que tiene que aguantar.
Te recomendamos:
-La vida es muy corta para aferrarse a un amor no correspondido
Así puedes saber que no tienes chance con él (por WhatsApp)
El amor es aguantar, perdonar y seguir adelante pero, claramente TODO en este mundo tiene un límite. Podremos tener mucha paciencia, tolerancia y amor, sin embargo, no vamos a permitir que los malos tratos duren para siempre.
Con el tiempo sabes las cosas que le molestan a tu pareja, lo que ama, lo que le duele y… También él debería de conocer y saber las tuyas.
Una persona que nos ama no nos daña, no nos dará motivos para alejarnos y nos cuidará para que sigamos con él por mucho tiempo y, si se puede toda la vida.
Por eso te lo pido: cuídame, que no soy de las que regresan. Cuídame como yo cuido de ti, cuídame en las buenas pero sobre todo en las malas.
Cuídame como lo haz hecho hasta ahora: cuando me enfermo o me siento mal, cuando voy en la calle, cuando estoy bajo el efecto del alcohol.
Cuida, valora y atesora el amor que te doy, el que tú me das y el que hemos construido. Aunque ya nos tengamos, el amor es algo que se construye día a día, no sólo un momento ni por ratos.
Cuídame cuando más insoportable sea, porque es cuando más te necesito. Yo prometo cuidarte, prometo quedarme cuando todo lo demás falle y nosotros sea lo único que tengamos.
Cuídame: una vez que diga hasta aquí se acabó, no habrá marcha atrás. Cuídame porque no soy de las que regresan.